Eran días y noches de memorias calmantes del miedo y pensamiento progresista que se hundían entre el atafago del tránsito y la cuchilla que roe generaciones cuyos sueños son dispersos a muchos mundos.
Guillermo Gamba
Eran días y noches de memorias calmantes del miedo y pensamiento progresista que se hundían entre el atafago del tránsito y la cuchilla que roe generaciones cuyos sueños son dispersos a muchos mundos.