Desde tiempos interminables, Luis Ángel Sánchez Ramírez, trae los chismes de lenguas bravas en la Calle Real marsellesa, lo que allí se habla, está en los textos sagrados de la habladuría popular del siglo XX.

Una esposa de rodillas
La esposa de Luis Ángel Sánchez, frustrada con el desgate y dolores de sus rodillas, apenas caminaba. El médico ordenó internarla en clínica. Al regreso la encontró con aparatos ortopédicos. Le preguntó Luis Ángel: te hicieron algo. Y ella, me operarán de rodillas. -¿De rodillas? – Dice Luis Ángel, Entonces rece todo lo que sepa de una vez y nos despedimos.
Diligencias del agente Silva
En alguna fecha de 1965, un policía de apellido Silva, acompañó la diligencia de levantamiento del cadáver del fulano César Ramírez, asesinado en el paso del puente de la quebrada El Socavón. El agente apelotardado, registró en su informe: “El difunto presenta heridas de machete en la cabeza, manos y cuerpo. Revisadas la ropas, encontré una cantidad de dinero, su reloj, documentos, en su cuello una cadena; entonces, el motivo del asesinato no fue el robo. Presumo que el occiso solamente perdió la vida.
Silva, posiblemente había leído una acta de una diligencia como esa, donde se describía: “se encontró al difunto en posición de cúbito dorsal” o sea bocabajo. el policía leyó mal lo del cúbito, porque en su informe sobre el cadáver César Ramírez , registró: “el difunto estaba de culito dorsal”
Un Avaro

En semana santa de 1956, dos damas cooperantes con la parroquia, pedían colaboración para la ornamentación de la virgen de los dolores, se acercaron a don Silverio Piedrahíta, famoso por su avaricia. Entonces el parroquiano les regaló dos aspirinas.
Decían del señor Silverio, quien tenía muchos caballos en su finca: ese hombre no les pone herraduras a los caballos. Al preguntarle el por qué, dizque respondió a un amansador: “vea hombre, si las bestias necesitaran herraduras, Dios las habría creado herradas”.
Belisario
Este señor Belisario Quintero, algo anciano, hasta para su lengua hubiera necesitado viagra, decían los Sánchez; dizque era tan antiguo que conoció al mar muerto cuando apenas estaba bebecito. El 23 de diciembre de 1954, lo llevó Gustavo Quintero a la zona de tolerancia para celebrarle su buena suerte. Se había ganado un televisor, de los primero traídos a Marsella, en la rifa anual que realizaba la droguería Real entre sus clientes. A esa celebración, llegó una prostituta y lo animaban a que buscara su compañía para su goce. Gustavo le incitaba: Anímese Belisario, esa mujer lo está esperando, propóngale algo, nosotros ya se la cuadramos y ella espera a su proposición, el servicio se pagará a cuenta de la rifa. La invita y correremos con los gastos. La mujer se acercó coqueta Belisario quien le dijo: hermosa dama ¿Por cuánto me provoca usted una desmayadita?
Madre primeriza.
En el almacén de don Cornelio Castaño, octubre de 1955, una joven que iba a ser madre por primera vez, le comentó a doña Clara Jaramillo: Señora, yo no sé, imagínese, porque yo tan ni siquiera me imagino, doña Clara, por donde irá a salir este muchachote, una criatura de ocho libras que cargo en esta barrigona. Doña Clara le sonreía: “pues mija, eso es muy sencillo. Saldrá por el mismo agujero por donde entró.
La misma mamá joven, le dijo meses después a doña Clara Jaramillo, en el almacén de su esposo don Cornelio Castaño. Señora, en estos días estoy muy preocupada porque a mi niño ya le están saliendo los dientes, parece que eso le da diarrea y vómito. Doña Clara le respondió: “vea mija, no se preocupe por eso ahora, ya tendrá de que preocuparse cuando le esté saliendo el bigote, que por esos mismos días comenzará a buscar alguno de esos mismos rotos que le anuncié cuando iba a nacer.
Fotografía de viajero
Mostraba Luis Ángel a don Guillermo Londoño, la fotografía que le habían tomado cerca a Tánger, Marruecos al norte de África, se le veía montado en un camello; bajo de estatura, se notaba la cabeza a la altura de las gibas del camello. Londoño la revisaba de una manera y otra y devolvió la fotografía a Sánchez. “No jodas, que cosa tan rara, es la primera vez que veo la imagen de un camello con tres gibas.
Versión de cuento viejo

Al inicio en el año 50, regresaba de la vereda El Kiosco Monseñor Estrada y al pasó por Cantadelicia, arrimó a la casa de don Jorge Gómez. Entre saludo y charla, el prelado dijo: hombre Gómez, dicen que tu familia es numerosa, ¿Cuántos hijos tienes? Y don Jorge le responde con orgullo. Son trece mis hijos monseñor. Y le dice el sacerdote con picardía: ¿Y el rancho ardiendo? El Jorge Gómez al mismo tono dice. “Aún no se si estará ardiendo monseñor, tengo la sagrada costumbre de arrimarle el tizón todas las noches.
Sospecha de moribundo
A medianoche, preguntó Evangelista Sánchez a su esposa Delfina Londoño. Mija, ¿Cómo es cuando uno se está muriendo? Y ella bien cansada, lidiando durante todo el día con doce hijos y comida para diez trabajadores: Aján ¡que pregunta la suya! Pues cuando uno se va muriendo al mismo tiempo se va entiesando por partes. Entonces él le dice: “Ahora mismo prenda la vela y réceme el padrenuestro, écheme una bendición entre mis piernas, que yo ya me estoy muriendo, es que tengo muy tieso el chichi.
División departamental

Fabio Posada Castaño, acérrimo impulsor para que en el concejo de Marsella se aprobara la separación del municipio del territorio de Caldas para unirlo a la creación de Risaralda, sentado en una mesa de la cantina de Nepomuceno Morales con Luis Ángel Sánchez, enardecido defensor de la unidad de Caldas, ambos del partido conservador. En el momento cuando discutían más acalorados, don José Alí Duque estaba ahí y era liberal. Las lenguas cada vez le ponían más candela a esa fogosa discusión. Ante Posada y Sánchez, Don José Ali se levantó de la mesa y dijo. “Señores, en este momento yo si me voy de aquí, porque no quiero estar en peligro. En una pelea de godos, el muerto, seguramente, puede ser un liberal.
La muchacha de abajo
Comentaba don Rufino Cuartas a un amigo en la Calle Real frente al café de Jesús María Peláez: no se cómo actuar en este caso, sucede que una muchacha del servicio me está robando, a lo que su interlocutor le dijo: ¿Por qué no la despide? Así, arregla el problema. A esto le respondió Rufino. Vea mijo, eso no lo debo hacer ahora, es muy difícil quitarse de encima a una empleada que uno muchas veces ha tenido “debajo”.
La muerte de la suegra
Estaba Luis Ángel Sánchez en Venezuela y recibió llamada telefónica de su esposa, quien le informó muy compungida, que había fallecido la señora madre de ella. O sea, la suegra. Le pedía que le aconsejara si la enterraba en bóveda o en tierra, o si la cremaban. Luis lo pensaba y le contestó: Mija, hágale las tres cosas para estar seguros de que no se salga del lado del más allá.
El mismo Luis Ángel, puso en venta una finca en la vereda Miracampo y colocó un aviso “SE VENDE”, debajo fijó otro aviso que anunciaba a quien preguntarle, este decía: “No hay perros bravos, están mi esposa y mi hija. Resultó que nadie arrimaba a preguntarles por la finca. Un amigo le dijo: vea hombre Luis Ángel, con ese aviso nadie va a arrimar a enterarse acerca de esa propiedad. – ¿Y, por qué me dice eso Usted?- Hombre Sánchez. ¿Es que no ha caído en cuenta? Es más fácil lidiar con varios perros que con esas dos fieras.
Amigos en el parque

Comentaban unas lenguas bravas en el café de Suy Bedoya. Dizque en la banca al lado del busto de Bolívar, estaban don Antonio Giraldo, Germán Jaramillo y Antonio Issa, que flojos para comprar. Eran las tres de la tarde. Tomémonos un fresco, sugirió el último. Se sentaron bajo un árbol de mango en la espera de quien tomara la iniciativa de invitar y les cogió la frescura de las siete de la noche.
Ante los médicos
El Señor Guillermo Cifuentes se enfermó de gastritis y el médico José Luis Gallego le ordenó no consumir lácteos y dejar el café, los granos, el alcohol y otras cosas. Guillermo, ya enterado y consciente de que le quitaba sus alimentos predilectos, le pregunto: Doctor, ya me quitó lo que más me gusta; ahora, ¿Qué más me va a quitar? A lo que el médico respondió: ¡el chorizo!
A Luis Ángel Sánchez le sucedió algo similar con una médica. Le quitó de su alimentación todo lo que se le ocurrió. Ya preocupado Luis, le pregunta: Oiga doctora, usted es del gremio médico o de la Dirección de impuestos.
Pedro Puteo
Decía don Carlos Ángel de un tal Pedro, a quien decían Puteo, que era tan pobre su familia, que Pedro no tuvo dientes de leche sino asomos de agua de panela. Este Pedro puteo, llegó apresurado a casa de don Martín Sánchez y Hortensia Ramírez, esquina de salida al camino de la vereda Valencia: «les tengo una noticia terrible, es la primera vez que se mata don Gonzalo Escobar”.
El mismo Pedro Puteo, vivía con su madre y una hermana. Un día se encerró a ducharse, se demoraba mucho y nada que salía. Que le pasa a este vergajo, dijo una. La hermana se asomó por encima del baño que era destechado. Vio lo que estaba haciendo se lo reprochó. – ¡Tan cochino, tan inmoral! ¿Cómo se le ocurre eso? Y Pedro orondo le responde: no me joda, yo me enjabono a la velocidad que me da la gana.
El señor Caifás

El señor Benjamín Cano, a quien decían Caifás, cuando era agente de policía, detuvo a un ciudadano y al conducirlo a la inspección de policía, el hombre preguntó: Caifás, ¿por qué me detiene? Yo no he hecho nada malo. El policía le dice: lo detengo por premaricato.
Milagro de una virgen
Las Hoyos, Ana Julia, Camila e Inés, beatas muy santas y reconocidas en Marsella en los años 50, tenían la costumbre de vaciar los orines de su bacinilla por la ventana en horas de amanecer, aún oscuro. Precisamente soltaron los miaos cuando pasaba el primer madrugador, bañaron a don Antonio Tamayo. Este que ya estaba advertido de aquella costumbre se encontró con don Senito Morales que traía leche para uno de sus clientes. -Que le pasa don Antonio por qué se sacude tanto-
-Figúrese don Senito, primera vez que me toca algo de una virgen.
2 respuestas a “De lenguas bravas en Marsella”
Guillermo, te mereces que se instituya el Premio Nobel de los cuentacuentos sólo para ti.
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Reblogueó esto en Creative Writing Course: How to Write Creatively: Those who can, do; those who can't, teach. Those who can’t do either (or perhaps ANYTHING) , just write” (a lot)!y comentado:
http://www.craigstravelblogg.wordpress.com
http://www.writencreate.wordpress.com
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