Carlos Arturo Caro Isaza
„Quédate hoy conmigo, vive conmigo un día y una noche y te mostraré el origen de todos los poemas. Tendrás entonces todo cuanto hay de grande en la Tierra y en el Sol (existen además millones de soles más allá) y nada tomarás ya nunca de segunda ni de tercera mano, ni mirarás más por los ojos de los muertos, ni te nutrirás con el espectro de los libros. Tampoco contemplarás el mundo con mis ojos ni tomarás las cosas de mis manos. Aprenderás a escuchar en todas direcciones y dejarás que la esencia del Universo se filtre por tu ser. “ — Walt Whitman Canto a mí mismo: Editorial Fuego Azul.

Hace poco pensaba y escribía a Carlos estas palabras.
Cuando he estado más cercano a ti, supe que tienes buenas relaciones con aquella, la dama de la guadaña. De tiempo en tiempo te visita la condenada, solo para enterarse de que estés bien, eso me ha dicho.
Ella es el ángel bello más fiel a nuestra vida, sabe de nuestros anhelos, nos reconoce en la grandeza de aquellos sueños por realizar y los legados que nuestra misión le brinda a la vida. Vida continua desde tus antepasados, compartida en amores y en tragedias, en nosotros con relación a los demás y a la naturaleza.
Vida que cuidamos y nos cuida. Vida que nos asombra y queremos sorprender con nuestros actos, como ese asombro que me ha conmovido siempre cuando afrontas la lucha de ti mismo ante las adversidades y estados más complicados de tu propio cuerpo.
Vida que me ha enseñado a imitarte en la constancia y ese realismo con el cual transformas los tiempos más difíciles en estados emocionales creativos, con relaciones de confianza, amistad, lealtad, solidaridad y optimismo, tras tu visión informada de la vida.