Pedro Felipe Hoyos Körbel
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De Manizales – 1965. Este autodidacta inteligente y productivo en actividades variadas: colono en el Chocó, transportador, empresario de artes, aspirante a político, agricultor, negociante y maderero. Redacta historias de su terruño. Investiga desde los tres idiomas que habla. Su visión es joven, independiente y crítica. Saca chispas de la la historia con nuevas interpretaciones y buenas conclusiones. Consulta sus libros https://www.universilibros.com/autores/pedro-felipe-hoyos-krbel
Conserva la población de Apía, ubicada sobre el camino ancestral que comunicaba el Alto San Juan con el Valle del Risaralda, por el cual trajinaron migraciones desde hace 12.000 años en busca de nuevos horizontes, unas veces llegando a tierra deshabitadas y en otras desplazando a sus moradores originales, algo del mundo medieval y católico, ya que su iglesia domina el paisaje.

Desde todos los ángulos esa gran nave sin torre asienta su presencia, ningún edificio es más alto o se ubica en mejor posición. Su color blanco y sus pestañas azul claras, brillan y orientan. Se quejan los habitantes mayores de la pérdida de su antiguo templo, hecho en madera que un párroco hizo demoler y reemplazar por esta construcción moderna y bastante singular. Como casi todos los grandes templos, este también quedó sin conclusión, al parecer la fuerza que se sintió en la misa inaugural, se disipa y no queda ánimo en la comunidad o en el cura párroco para reunir dineros y terminar la obra en su totalidad. Al observar la culata del templo, porque no sería un ábside, se ve la obra negra en ladrillo, que, sin embargo, es imponente.
Por dentro, la iglesia Nuestra Señora del Rosario da una impresión de espacio y de armonía; la falta de vitrales permite que este recinto sea bañado por bastante luz ajustándose, a pie juntillas, a los dictámenes de Concilio Vaticano Segundo de los años 60 que proponía, no solo la misa en lengua vernácula; la remoción de barreras ente el cura y la feligresía y buscar el trazo moderno en el diseño de las casas de Dios. El templo mustio, típico del gótico, donde la luz se fragmentaba en tenues rayos en los cuales se percibían restos de colores, fue adscrito al pasado.

El manejo del color del interior de la iglesia es muy logrado, aquí los tonos claros ayudan a sustentar las proporciones de las naves y las columnas con la altura del techo adornado con estrellas. Cuelga sobre el altar un Cristo monumental de no muy clara factura, que flota, produce una reminiscencia al famoso Cristo de San Juan de Dalí y acentúa el espíritu modernista de este templo, que los capiteles de las columnas, la bóveda y los arcos en punta, tratan de negar. Nuestra Señora del Rosario preside la plaza de Apía ocupando el punto más alto de este espacio con cuatro alturas diferentes, haciendo de esta plaza una de las más asombrosas de Colombia.
Curiosamente en Apía se estableció una fea aberración arquitectónica. Algún entusiasta, seguramente con título de arquitecto, trató de combinar dos elementos, creando como el Dr. Víctor Frankenstein, solo unos monstruos. Me refiero a los balcones remedando algo colonial, empotrados en fachadas de bahareque de la Colonización Antioqueña. Es difícil ver un logro en un balcón con techo ubicado debajo de un alero. Algo sobra o esta personita nunca se puso a pensar en las funciones de los diferentes componentes de un estilo arquitectónico. Les puso techo a los balcones y los fortificó con gruesísimas vigas y pies de amigo, convirtiéndolos inexpugnables, contrastando con el bahareque austero y funcional. No quedaría completa esta reseña si no hago referencia del Colegio de la Sagrada Familia, que se está cayendo, siendo una de las pocas edificaciones en claustro de más de 100 años que posee el Departamento de Risaralda.

No entiendo qué es Paisaje Cultural Cafetero de la UNESCO si ese tipo de situaciones son permitidas. ¿Con qué razón los administradores del PCC tratan promover esa declaratoria y adquirir el apoyo de la comunidad si no se pronuncian ante este arquitectonicidio? Vale más la demolición de esta edificación que su arreglo. ¿Qué significa patrimonio, qué significa civilidad para una comunidad si permite esto? Si esa edificación desaparece, pierde Apía su más bello ejemplo de arquitectura; pierde Apía un atractivo que la coloca dentro de los sitios que se deben visitar si se quiere conocer la arquitectura de la tan ponderada Colonización Antioqueña. Desaparece esta edificación y con ella Apía pierde parte de su historia y sobre todo se convierte en escombros la identidad de esta emblemática población. Dejar perder el edificio donde funcionó un colegio es patear el saber y su aprendizaje y se convierte en una apología a la barbarie.
2 respuestas a “Una mirada a la arquitectura de Apía”
Que descripción fotográfica más bella que haces de mi bello Apía. Siempre he pensado que a través de la apropiación del lenguaje y el uso de términos con pertinencia es que puede enamorarse, me has enamorado otra vez de Apía a través de tu narrativa.
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Apia es identidad, música, paisaje y hermandad.
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