Me movía tras el uno y los otros del grupo de una barra aulladora y existencialista, de tanto tomar café y hacerle fuerza al rodamiento del balón, unos poetas con lecturas nadaistas y alguno de un estertor beat, medio hippie y libertino, bebía y rabiaban enloquecidos contra los amigos de la guerra, el militarismo y la mafia de la FIFA. Una ninfa rebelde lamentaba la falta de goles y la muerte de Alfonsina Storni; como ella, camarera y actriz de cafetín, quería lanzarse al rio Cauca o flotar en un océano de cerveza y ahogarse, con ella lloriqueaba el borrachín más goterero de occidente, quien leía un poema de “El diablo de Pereira”, lo había copiado de la web “La cola de la rata”, lo miraba en su papel mojado de lágrimas y mocos.


Me Condenan a la Hoguera
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Me condenan a la hoguera
es la sentencia suprema
se alza mi voz y blasfema
contra la ley que impera.
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Ríe la turba vocinglera
Y me enrostra su anatema,
Con una insidia extrema
La estulticia me lacera.
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Sufro en medio del fuego
Y aun así piedad no ruego
Ni al monje no al verdugo.
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Crece el fuego en la pira
Y la plebe de odio delira
Porque no acepte su yugo.
Héctor Escobar Gutiérrez – Poeta pereirano.
Tanta parafernalia por una selección Colombia de fútbol incapaz de ganarse un cupo al campeonato mundial en Catar
