Desde el diablo mundo

Desde este diablo imaginado por el artista mexicano Joaquín Eduardo Ruiz y el poema “El Diablo mundo” de José de Espronceda:

Sobre una mesa de pintado pino
melancólica luz lanza un quinqué,
y un cuarto ni lujoso ni mezquino
a su reflejo pálido se ve.
Suenan las doce en el reloj vecino
y el libro cierra que anhelante lé
un hombre ya caduco, y cuenta atento
de cansado reloj el golpe lento.

Este seis de enero no se hacia donde iremos y donde se meterá el diablo burlón de Riosucio Caldas, quizá andaremos entre el diablo mundo con ese viento vaporoso que se ha revolcado con la legión de los virus que nos rodean y los otros, aquellos que se avecinan para dañarnos más las parrandas y ponernos a pensar en cómo recrear la fiesta.

No me imagino una fiesta virtual al diablo y jamás en Riosucio.

Razón tuvieron quienes suspendieron su Carnaval del diablo, porque las fiestas de matachines, cabras y animales míticos montados en palos de escoba y algarabía con aguardiente de zacatín, no admiten encuentros sin disfraces y comparsas; menos aún, entre caminos acorralados por pantallas de este tiempo o secuestrados por un lenguaje de habladores de academia.

Aquella danza entre matachines y rebuscadores de juerga brava, la que siempre persiguen los caminantes que llegaron desde los patios de las brujas carentes de gato y bramido de vientos, solo puede ser real en presencia viva, este año no pondremos temblar en las calles de Riosucio donde los dioses no se meten en cruzadas de salvación porque esos adoradores de su propio demonio no los necesitan por esos días.

Por el momento les dejo con este poema que se me ocurrió en algún año antes de que los demonios me llevarán al carnaval.

Canto al Carnaval de Riosucio

Quiebralomo Real de Minas, camino del arco iris.
Cerrá tus ojos urbanos, trae totuma guarapera.
Ligá lentitud a tu alma, infinitud, olvidá el ruido,
música de piedra magna en canto de madrugadores.
Su chicha viene del siglo, gorobeto de Cipirra.
Trae la copa caminera, aguardiente bravo y manso,
cantimplora, ron añejo, trago de wiskis lo ajeno.

Vendrán bellas de Imurrao y guapos de Ipá Zopía,
aprendé zambra de negros e indios patirrajaos,
unite a ellos despacio en Calle de La Montaña,
son mulatos ponderaos y blancos sin pinta fina,
cuenta deseos de alegría en la puerta de su casa.

Ven con pasos de satán a ser matachín de fiesta,
algarabía mulata, jaraneo, desfile místico,
sin creer en Reyes Magos, ni en curas por estos días.
Dale tregua al corazón, se tierno entre lo imprevisto,
andá buscá al diablo mestizo, sin corbata, culto al sol.

Ángel caído enmascarao, es custodio de la fiesta,
en endiablao carnaval de laicos y liberaos.
Burla privaciones necias de las que llevan al cielo,
combate tus malas cosas, únete al jaguar sagrao,
con profesión de pagano para mirarte a ti mismo.

Despójate de apariencias, muévete pies en la tierra,
para ser conversador, suena igualao en habla sana,
allá es tierra de respeto y población ingeniosa,
bajo tejaos y bahareque, tapias que guardan silencio,
el oro no les domina porque son culto de palabras.

Es fiesta de libertá de igualdá y cortesía,
donde anda el diablo afectuoso del otro lao del mundo,
aquel que burló jerarcas, que recobró la conciencia,
que hace tierra placentera, digna casa acogedora,
emancipada y partícipe en cultura de amalgama.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: