Perdón por mis modales
en mi vida nadie nada
no me educaron fina
ni tengo mentira en la sonrisa.
Sin mover bien las manos
ni retocarme el pelo
Solo siento atracciones
no sé buscar tu abrazo.
Últimamente vivo con ojeras.
Sólo miro adelante,
no me fijo en quién viene por los lados
ni percibo quién llega por detrás.
Solo siento tu lujuria y egoísmo,
el alma anda perdida
delira en dormitorios
No confió en lo que se mueve frente a mí.
Disculpa, te siento estás aquí,
no te he visto hasta ahora.
Perdón por no saber
cómo actuar si estás cerca.
Dispensa este desbarajuste mío
no contaba que vendrías.
Quería que me amaras
ese amor que da ganas de amar más.
Lento y largo y mucho más que tengo escalofrío.

Perdón por los libros esparcidos entre episodios por leer
el periódico de hace dos semanas con crucigramas que hicimos,
sé que podrás amarme aquí, con huellas de tu cuerpo
sobre la ropa mía acumulada encima de la cama,
no pude desprenderme de tu olor sudoroso de madera
que me impregnaste en los tejidos con todos tus humores.
Disculpa mi pinta y este pelo largo.
No sé cómo explicarlo,
se comenzó a crecer con el deseo más intenso cada día y día
tras días más desde cuando me dejaste aquella madrugada.
Ámame así, con ese amor de marzo hasta septiembre
y esa alma perdida refúgiala en mis brazos.
El tinte por hacer, las uñas por pintar,
la cara por limpiar y los ojos por secar.
Ocúpate de estos labios mojados y mi cuerpo mojado
con esa llovizna que secretan mis sentidos por ti.
Me hundía en el desespero de estas ganas de ti,
porque todavía sueño noches antiguas y música lejana.
Sospecho que piensas mi mirada
la mía todavía se esconde en tu mirada.
Sé que no habías venido y no te habría abierto
hoy estoy abierta a vos.
No tengo que ofrecerte
más allá de mi cuerpo anhelante
Perdón por los vasos sucios
mis botellas vacías o el pan duro,
Tolérame así con las libretas llenas.
Sin papel, sin espacio
Con los renglones llenos de letras que cantan tu recuerdo.

Los fantasmas de Francesco y de Paola aparecen ante Dante y Virgilio en el infierno.
Autor: Ary Scheffer (1795-1858) Óleo sobre tela – 171X239 cms. Museo Louvre de París.
4 respuestas a “Amo tu lujuria”
Muy bueno.
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¡Me ha encantado tanto! Hace un día empecé a leer por recomendación de un lecror del blog un ensayo de Octavio Paz, La llama doble, amor y lujuria.
Me está ayudando la lectura para darle el toque final a una novela erótica que estoy escribiendo.
Con tu permiso compartiré esta poesía en mi blog.
Un abrazo 🤗
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Reblogueó esto en La vida en palabras.
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Es muy agradable que te guste y lo compartas. También he sido lector de Octavio Paz y La llama doble está entre mis libros, esos textos donde indaga esa conexión intima entre el sexo, el erotismo y el amor, que cambia en las culturas y los tiempos.
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